[...] y de golpe, caer. Y nada tiene sentido. Las piernas tiemblan, el estómago se contrae, los pensamientos se vuelven abstractos (de tanto pensar). Odio: individual, también universal... ¿odio? Tal vez miedo, por ser demasiado consciente. Miedo de perder (y volver al vacío). Los seres humanos no estamos hechos para pensar todo meticulosamente, no. Es un agujero negro que nace insignificante, pero devora cada vez más pensamientos, y crece, y continúa expandiéndose.

¿Cómo algo tan insignificante, no corroborado, puede afectar tanto? 

Estoy sola, como este renglón. En el texto, desasociada del párrafo. 

Yo y The Verve, lo demás es absurdo.

Somos polvo de estrellas

Hay tantas cosas que no entiendo. Personas, sobre todo a las personas. Esas que viven en su -zona de confort-, enajenadas, cómodas, vacías, simples. Me pregunto: ¿No entienden lo maravilloso que es el mundo que vivimos? Lo que somos, lo que fuimos. Toda la materia concentrada en un punto inexistente, la nada. Y el Big-Bang. 

- Somos polvo de estrellas-

¿No es suficiente?

Un universo en constante expansión, eterno para el ojo humano, para este ser hecho de pequeñas partículas - átomos - moléculas.

Seres enormes y minúsculos a la vez.

Y desperdiciamos toda esa hermosura en qué, ¿poder?

¿Arruinamos nuestra tierra para tener prestigio, dinero?

Aristóteles describía al hombre como animal racional, un ser con alma que se destacaba por tener uso de "razón".

Bueno, estas teorías antropocéntricas ya no tienen mucha resonancia por acá.

Este bicho "privilegiado" es la razón de las bombas nucleares, armas, dinero, guerras, homicidios, deterioro del planeta, contaminación.

El hombre es su peor enemigo, y por eso no lo entiendo.