Hoy me siento lluvia. Lluvia que nace sumisa, grita fervorosa y muere en un suspiro abrumador. Lluvia que moja cabezas y resbala impermeables, rodeada de soledad tangible y vana compañía. Lluvia que rocía extenuada un cantero vacío. Y lo humedece. Y nunca lo llena. Lluvia inadvertida que ruega compasión y se redime cuando escampa.
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