Alegría secreta, interna, cómplice, pero a la vez puramente individual. Hay que saber apreciar las pequeñas alegrías, porque la felicidad se construye, se raciona en fracciones pequeñas, no es un todo.
Y después de noviembre, te espero.
Somos la simpleza compleja encarnada, polvo de estrellas, parte del universo eterno, hermanos de la luna.
Aire, risas, azul, contemplación, alegría y de repente vacío, todo vacío otra vez. Sin causas, sólo la recurrente consecuencia.
Joven de sonrisa quebrada, mañanas aturdidas y tardes apáticas.
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