Estaba en una habitación, había "ordenado" todo (estaba en paz y al día con todos los aspectos de mi vida) había integrado toda la energía que tiendo a dispersar y pude concentrarla en una habitación, mientras estaba haciendo algo manual en un escritorio. Me sentía completa. En su momento, medio consciente del sueño, me recordaba a la escena de la carta de tarot El Mago, y también a El Ermitaño. Fue más largo y complejo y energético y realmente siento que encontré una llave, un indicio o un comienzo.

Encarno y escribo mis sueños. Vuelvo a mí. El ermitaño es la soledad, El mago es mi incidencia en el mundo. Preciso de soledad para integrarme, para crear, para estar presente.